Por Jenaro Villamil
No podría ser de otra manera. En el ocaso del sexenio de Calderón y de la alternancia fallida de los panistas, y ante las presiones y reacomodos de los empresarios, inversionistas extranjeros y líderes corporativos frente al botín del próximo gobierno peñista, los dos íconos de la antidemocracia sindical se organizaron sendas ceremonias de coronación y relección por seis años más: Elba Esther Gordillo, en el SNTE, y Carlos Romero Deschamps, en el sindicato petrolero.
Frente a la demagogia de la reforma sindical a favor de la transparencia y la democracia sindical, los actos de Elba Esther y Romero confirman que el pasado no se ha ido y que todo se puede arreglar con Peña Nieto si se garantizan los privilegios, cuotas de poder y tenaz control de los liderazgos funcionales al gran capital inversionista.
Se trata de la relección en dos sindicatos esenciales para el país:…
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